jueves, 13 de mayo de 2010

Sillón

Hoy toca hablar de una pieza de mobiliario que considero indispensable. Quiero referirme al sillón en el que a diario me paso un buen número de horas. La primera intención a la hora de adquirirlo era la de facilitar la maniobra de levantarme cuando las piernas empezaron a flaquear. El sillón al que me refiero tiene la cualidad de que puede levantarse (ver imagen) hasta cierto punto para facilitar la puesta en pie y evitar el mayor esfuerzo que supone la arrancada de ese movimiento.

Una vez puesto en pie la maniobra de la transferencia es una combinación entre la pericia del que ayuda y el tiempo que podemos mantenernos en esa posición. Pero la característica que sobradamente conocemos de "degenerativa" que decora nuestro mal hace que esta primera importante utilidad pase más tarde a un segundo plano. El mismo sillón tiene la característica de ser abatible por lo que facilitará el cambio de posición regularmente y el consiguiente reparto de pesos sobre los puntos de presión. Como siempre recordar que pese a esta característica también es importante cambiar de asiento cada dos o tres horas.

Este elemento, como cualquier otra cosa de la que hemos hablado y hablaremos, tiene el gran inconveniente de que en la mayoría de los casos no podremos probarlo a conciencia hasta después de haberlo adquirido, pero en base a mi experiencia puedo llegar a afirmar que es lo suficientemente cómodo como para recomendarlo. Como contra decir que quizás los diseñadores podrían haber contemplado la posibilidad de poder sustituir la espuma del cojín que se deteriora con el uso continuado, o incluso haber elegido algún material más noble como el látex. Pero como todo hoy en día esto también está diseñado para que su vida útil sea lo suficientemente corta como para que deba sustituirse en un tiempo poco razonable para nuestros bolsillos y entendederas y seguramente habrá que sustituir el sillón por rotura de su mecanismo eléctrico antes que la espuma del asiento haya perdido su efectividad. No obstante valoro positivamente la inversión. Otro punto negativo es el tapizado disponible dentro de esta marca comercial que se puede consultar en el enlace que adjunto. Por lo menos cuando decidí adquirirlo no había mucho donde elegir aunque el segundo tenía un tapizado menos hortera que el primero, pero ya acostumbra a pasar en todas estas cosas que tienen que ver con la discapacidad y las ayudas técnicas en donde mucho no se puede elegir y uno tiene que con conformarse con lo existente en el mercado. La sorpresa ha sido encontrar el catálogo disponible de esta marca comercial (la única que conozco) donde encontramos más modelos de sillón y que incluso, al parecer, están disponibles en un par de acabados. Otra cosa será que nuestro ortopeda tenga la habilidad y la voluntad de conseguir aquello que teóricamente figura en catálogo.

Sobre el mundo de los sillones abatibles cada cual podría decir lo suyo pues sólo debemos pasearnos por tiendas de mobiliario donde encontraremos algunos que incluso tienen la opción de convertirlos en sillones vibratorios pero dudo mucho que tengan la característica de poderse levantar.

http://doclibrary.invacare.es/Office/Europe/Marketing/MktDocSP.nsf/MListeProduct?openform&bu=3000&subgroup=3200&family=3210